Martes 12 de Junio del 2018

Tres noches en el ‘Trota’

Fuimos abducidos durante noches consecutivas en el centro de Quilpué, recién el sábado logramos sacudirnos la experiencia. El caso del Cabo Valdés queda chico al lado de esto.


Las coincidencias cósmicas nos ubicaron la semana pasada en dependencias del bar Trotamundos. Empotrado en pleno centro de la ciudad del sol, su escenario al aire libre viene siendo desde el año pasado la vitrina que todo músico quisiera ocupar, construyendo una cartelera de eventos que luce espléndida en senda gigantografía junto al escenario. Nuestro paso por el boliche se resume en 3 actos:

Día 1: habiendo capturado la atención de la supuesta industria local, el gremio musical regional IMUVA apostó por este lugar para situar la realización de su primer showcase del año 2018, instancia para exponer una selección de música local ante invitados internacionales que asistieron al 22 Encuentro Empresarial, organizado por Prochile para potenciar la exportación de productos y servicios locales, entre éstos el sector de la música como parte de las industrias creativas. En este contexto, el miércoles 6 de junio a partir de las 21hrs desfilaron por el escenario del Trotamundos las bandas Celibatos, Técnicas Manuales, Adelaida y MOLO, mostrando todas un correcto desempeño en escena, cada una con su definido estilo. El evento contó con masiva asistencia, superando incluso las expectativas previas en consideración del día, el horario y la temperatura, en contraposición a los alicaídos aires que se viven en la costa. Varias conclusiones se pueden sacar al respecto, sobre todo al poner en perspectiva este showcase con la experiencia del Pop de Puerto: el público siempre ha estado ahí, el asunto está en cómo atraerlo. ¿Y cómo afecta esto a las bandas? a esperar que el lobby de la industria surta efecto.

Día 2: los locales pasan, las bandas quedan; si en Quilpué antes fue el Taybeh, el jueves 7 de junio fue Trotamundos donde Sonora de Llegar presentó por última vez su disco ‘El Ruido Necesario’ en forma íntegra, con los 10 temas ejecutados al hilo y los invitados necesarios para lograr un sonido fiel al que consiguieron en el disco. La previa corrió por cuenta de Beatmaniak y San Martes en una noche donde estuvo la compañía de amigos y conocidos de toda la vida, donde hubo venta de discos y poleras, donde la técnica sonó a la altura de la ocasión y ni siquiera los mandrilos de siempre quisieron estar ausentes con su habitual trifulca disfrazada de pogo. Jugando de local Sonora de Llegar nunca destiñe y eso que era jueves nomás.

Día 3: el viernes 8 de junio la gente del boliche ya nos saludaba como de toda la vida. Algo de retraso en las pruebas de sonido era el único detalle, lo cual en nada afectó la pericia de Celibatos para calibrar rápidamente todos sus canales, subir luego al backstage por unas pilsen y la habitual distensión y volver poco antes de medianoche al escenario para abrir el segundo show de Ases Falsos en Quilpué. A diferencia del miércoles en el showcase, donde la gente permaneció sentada frente al escenario (oda a Martes 13), esta vez el público se dispuso de pié y en gran cantidad al momento de abrir el show; quizás por eso, quizás por una temperatura ambiente menos gélida, quién sabe, pero lo de Celibatos fue distinto, partió con mucha energía y mantuvo la atención de los parroquianos durante los 30 y algo minutos que duró su presentación, una incipiente barra pop coreó algunos temas y hubo brazos que se alzaron como si estuvieran arengando desde el tablón. Los muchachos supieron surfear la ola de Ases Falsos y el público los despidió con cálidos aplausos. Lo que vino después es digno de otro medio de comunicación, porque la piscola lo deja ciego a uno y acá todavía no le hacemos al periodismo gonzo.

Costó salir del Trotamundos pero se logró, ni el Cabo Valdés la hizo tan larga.

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